"El Balneario de Cela. Consideraciones y aclaraciones".
Durante las cavilaciones y
otros ejercicios que han propiciado estos días de responsabilidad y
confinamiento, he tenido la oportunidad de retomar algunos de los asuntos
pendientes que aguardaban atención sobre mi mesa de trabajo. Uno de ellos hacía
alusión a la necesidad de disipar la confusión existente con la Fuente de Cela,
de tutela compartida entre los municipios de Tíjola y Lúcar. De manera
generalizada se suele cometer el error de vincular las termas de Voconia Avita con los tradicionales
baños en la balsa, lo cual queda totalmente desmentido si indagamos con interés
en la historia. Parto del acto de buena fe en el que se da por entendido que
las administraciones competentes en la conservación, mantenimiento y protección
de este singular tesoro, siempre obrarán a favor de un uso sostenible y
coherente con las particularidades que se pronuncian en esta fuente de riqueza
colectiva, apreciado patrimonio de nuestros pueblos y del Valle del Almanzora.
En el año 1909, en el
periódico La Independencia, C. Bordiu describía una serie de hallazgos arqueológicos
encontrados tanto en el pago de Cela, como en otros lugares del municipio de
Tíjola. En su labor de informar a la sociedad almeriense, escribió lo
siguiente:
[…]En el pago de Cela, de
este término, en los trabajos de desfonde para plantaciones de parras, se han
encontrado numerosos objetos antiguos, como son jarros, platos, ánforas hechas
de pedernal, etcétera, etc. Estos hallazgos son aquí frecuentes en dicho pago y
en el sitio conocido por <<Tíjola la vieja>>.
Ultimamente los señores de Guevara encontraron en este
sitio un trozo de lápida que remitieron al Rvdo. P. Quirós, á quien ha parecido
de gran valor histórico.
Con este motivo, un grupo de jóvenes en tusiastas de esta
localidad, han decidido formar una comisión de investigaciones históricas, que
bajo la dirección del mentado ilustrado padre Rector del Colegio de Dominicos
de Cuevas, procurará que no se pierdan los preciosos datos históricos
encerrados en esta comarca. Esta comisión la componen don José Aynat Aynat, D.
Cayetano Suárez Sánchez, don Diego Guevara Caparrós, D. Servando Suárez
Saavedra, D. José María Rodríguez Avalos, D. Francisco Pardo Oller y don Juan
Lorita Vela […](1)
El Rvdo. P. Quirós al que
se hace mención en la crónica, no es otro que Paulino Quirós,quien una vez restaurada la provincia dominicana de
Andalucía, el 15 de diciembre de 1897, fue destinado al Colegio de la Orden en
Cuevas de Vera, donde fue profesor de Lenguas (española, francesa, latina), de
Historia y de Geografía. Era portador de buenos conocimientos de estadística,
de epigrafía y de numismática y gran aficionado a la investigación arqueológica
e histórica. Compaginaba sus deberes eclesiásticos y docentes, a la par que desarrolló
también una amplia labor dedicada a las investigaciones arqueológicas,
descubriendo los restos de una ciudad prehistórica en Villaricos, sumando el
enclave de Baria a nuestra República Tagilitana, junto a Urci o Basti como civitaes
de relevancia en el periodo romano (probablemente desde el s.II a.C.)
Tagili durante la época altoimperial funcionaba como un
municipio latino, donde acaecían actividades evergéticas como las de Voconia
Avita, que dona unas termas para la devoción hacia la divinidad de las
Ninfas, según reza en el ara descubierta en 1977 que confirmaba la existencia
en la Res Publica Tagilitana de una de las familias más poderosas del Sureste
peninsular, acorde al volumen de su donación, que incluía la entrega de 2.500
denarios para el mantenimiento de éstas, junto con el terreno sobre el que se
debía construir. Además, para celebrarlo ofreció un epulum o banquete,
así como unos juegos circenses. Por lo tanto, su riqueza debió de ser relevante
si atendemos a los cálculos de R.P. Duncan-Jones (una de las máximas eminencias
en la economía del Imperio Romano) para quien los evergetas nunca gastaban más
de un 15 % de sus fortunas en estos actos. Pero el detalle en el que habremos
de centrar nuestra atención, es en el uso final al que son destinadas las
termas, ofrecidas para baños higiénicos.
Las Ninfas son divinidades “salutíferas”,
y así se confiaba en ellas para recuperar la salud. En su origen en Roma las
divinidades latinas de los ríos y fuentes recibieron el nombre de Linfas y la
helenización de la religión romana provocó su asimilación a las Ninfas griegas.
Desde entonces, adquieren las características con las que son más identificadas
con posterioridad. Los romanos creían
que parte de las virtudes curativas del agua procedían de la divinidad. El agua
misma era considerada divina.
Anteriormente a la
aparición del conocido ara de Voconia
Avita se produjo el hallazgo de un pedestal rectangular de mármol blanco
pulimentado en todas sus caras, realizado durante el Alto Imperio, encontrado en
las obras de construcción de la carretera de Villacarrillo a Huércal-Overa, en un
lugar sin precisar. Este hallazgo lo observó Miguel Bolea y Sintas, quien la
recogió en su manuscrito titulado “Episcopologio e Historia de la Diócesis
de Almería” de 1890. El ara
estuvo desaparecida durante algún tiempo, lo que suscitó bastantes dudas, tanto por la dedicación,
donde aparecía “Nympho” en lugar de “Nymphis”, como por la
abreviatura del nomen. Actualmente, este pedestal se halla depositado en
el Museo de Almería, tras ser localizado de nuevo al hacer unas obras de
alcantarillado en Tíjola.
En cuanto al dedicante del
primer ara encontrado y después perdido, en forma de pedestal, ltodo indica a
que se trate de un liberto de origen oriental (tal vez Albania), siendo ésta la
única vez que aparece representado en la Península Ibérica. El culto a las
Ninfas se da mayoritariamente entre las clases bajas de la sociedad, donde
destacan el gran número de libertos y soldados. Nos encontraríamos ante un hombre que agradece
a estas divinidades la curación o el alivio ante una enfermedad, que bien pudo
padecerla él o algún miembro de su familia. Se trata de un dedicante que hace una
ofrenda votiva, cumpliendo una promesa en agradecimiento a las Ninfas tras una
petición que se ha visto realizada. Por lo tanto, podemos ratificar la
existencia de un balneario curativo, por lo que sería distinto a las termas
ofrecidas por Voconia Avita para la población tagilitana, cuyo único fin
sería el de baños higiénicos.
Las termas donadas por Voconia Avita se encontrarían dentro de
sus propiedades, con abundancia de agua extraída de pozos o conducida por obras
de ingeniería hidráulica, lo que haría que se ubicasen muy próximas a donde se
encontrase el núcleo principal de población, que abarca un área comprendida
entre La Estación y las cercanías de Armuña del Almanzora, sin olvidar que
contarían con una accesibilidad sencilla, práctica y cotidiana para los vecinos
del municipium. Sin embrago, para encontrar un lugar en el que rendir culto a
las Ninfas se antoja necesario una serie de instalaciones para cumplir estos
ritos, lo que nos muestra una clave totalmente reveladora: el topónimo “Cela”,
del latín “cella”, significa santuario o capilla. El ara estaría fijada en un
pequeño espacio consagrado o sacellum, resguardado por una reja o un
pequeño muro. Actualmente existe una Ermita, sufragada por la familia Aynat, en
la zona donde pudieron estar los baños, junto a la cual aparecen materiales
romanos como ladrillos, ímbrices y tégulas, afirmando el carácter sagrado de este
lugar para la población, posiblemente desde la Prehistoria, hecho indicativo de
los restos encontrados en una excavación llevada a cabo a principios del siglo
pasado (un hacha y un cuchillo de sílex sin pulimentar ...etc.), de los que también
se hace eco el corresponsal C. Bordiu, con cuya crónica iniciábamos este
artículo.
Por lo tanto, llegamos a la
conclusión de que en Tagili convivieron
en el tiempo un balneario de aguas termales (Cela) y unas termas (Voconia Avita) que estaban ligadas al
culto de las Ninfas. De otras fuentes de carácter termal, como las cercanas de
Sierra Alhamilla o Alhama, que bien pudieron ser utilizadas en época romana según
los materiales que aparecen en sus alrededores, no se ha podido encontrar
ninguna inscripción o cualquier otra evidencia de carácter votivo que las relacione
con el culto a las Ninfas, lo que hace de Cela un enclave único con un lugar
propio en la historia.
(1) Trascripción literal del texto publicado en 1909.